Llevo los zapatos dentro de un saco,
y la flor de un pensamiento
amargada en mi sombrero
para que no le toque el viento,
para poderlo recordar,
para entender al animal
que todos tenemos y nadie siente.
Sabes que todo eso eran detalles,
las palabras en los dientes,
sentadas como recuerdos
en la caja del presente.
La pequeña imperfección
que hace mover cada clic
que hace el reloj
mientras oye pasar el rato.
Puede que haga demasiado tiempo
que no entendemos que el viento
no sopla a favor de nuestros cuerpos,
En detalle de piel y huesos
Puede que ya no haga falta,
puede que ya no lo veas.
Somos la ciencia exacta,
la caducidad del acto,
el ruido de fondo que hace el teléfono
cuando no suena
y ya no encuentras nada de ti
flotando en la memoria.
Intuimos el rastro de un camino
que de lejos perdió el fuego;
la distancia hace olvido,
de preguntas y recuerdos.
Y trepas más arriba
para que nunca sea dicho
que no probaste de ver el humo.
Sabes que todo eso eran espejos
que con el sol se fueron quemando,
los papeles que ya hemos perdido,
los recortes que no hemos encontrado
de los minutos acelerados
que hacen mover cada
clic que hace el reloj
mientras oyes pasar el rato.
Puede que haga demasiado tiempo
que no entendemos que el viento
no sopla a favor de nuestros cuerpos,
En detalle de piel y huesos
Puede que ya no haga falta,
puede que ya no lo veas.
Somos la ciencia exacta,
la caducidad del acto,
el ruido de fondo que hace el teléfono
cuando no suena
y ya no encuentras nada de ti
flotando en la memoria.