Eh, Lisboa de mi canción,
te siento cerca,
en un hechizo, cogida de la mano.
En Lisboa, en mi corazón,
te siento cerca,
entre el río y la razón.
Pues en un paso apresurado futuro,
en un bullicio que se dijo
y se dirá,
generación de palabras escritas
en un desatino que el Tajo guardará.
¿Quién dirá lo que está bien o está mal
en la emoción de desenredar tu sábana?
¿Cuánta agua pasa en tu lecho
para llevarte para siempre en mi pecho?
¡Para llevarte para siempre en mi pecho!
¡Para llevarte, oh Lisboa, en mi pecho!