Al primer encuentro,
me entregó los ojos,
me sobrecogió rezumando ternura y cerrojo,
Y bebí sus cejas,
calé sus pupilas,
Como quien espera,
como quien aspira.
Al primer encuentro, ya,
me entregó las manos,
y me desarmó combinando tibieza y amparo,
Me dejó sus huellas,
presumió su tacto,
Como quien alienta,
como quien atrajo.
Tal vez no me quería,
presintió celosa mi melancolía,
Me utilizaba para reponer sus ansias perdidas,
Me engatusaba,
me perseguía,
Me despertaba un poco de amor,
y partía.
Al segundo encuentro,
me entregó los labios,
Y me conquistó destilando pasión y entusiasmo,
Cabalgué su boca,
remonté sus dientes,
Como quien aborda,
como quien pretende.
Al segundo encuentro, ya,
me entregó su cuerpo,
Y se desató convertida en lujuria y deseo,
La instalé en mis poros,
devoré su acento,
Como a quien acojo,
como a quien acerco.
Pero no me quería,
advirtió angustiada mi melancolía,
Me utilizaba
para reponer sus ansias perdidas,
Me ilusionaba,
me convencía,
Me demostraba un poco de amor,
y partía......
Al tercer encuentro,
le entregué mis Sueños,
Y se descubrió
demostrándose ajena, y sin dueño,
Le noté pereza, desazón, desgana,
Como quien temiera,
como quien dudara.
Al tercer encuentro, ya,
le entregué mi Vida,
y desapareció como un ave cansada o herida,
Me dolió tan falsa!,
me dolió tan fría!,
Como quien tramaba,
como quien mentía!!
Es que no me quería!,
Constató turbada mi melancolía,
Me utilizaba
para reponer sus ansias perdidas,
Me lastimaba,
me deshacía,
Me regalaba un poco de amor...
y
partía....