En estas horas de tristeza infinita
cuando tu ausencia pesa más en mi vida,
cuántos recuerdos
llenan mi alma dormida.
Aquellos besos que quemaban mis labios—
aquellos cosas que temblando decías—
dónde han quedado?
Dímelo vida mía.
Ya estoy cansada de esparar
y de llorar
y ya no puedo soportar
mi soledad.
Y sin embargo yo te sigo queriendo,
y por quererte ya estoy enloqueciendo,
y poco a poco
me olvido de vivir.
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Ya estoy cansada de esparar
y de llorar
y ya no puedo soportar
mi soledad.
Y sin embargo yo te sigo queriendo,
y por quererte ya estoy enloqueciendo,
y poco a poco
me olvido de vivir.