A la espera de sus pasos, enmudezco la música muy bajo.
Demasiado estúpidos, no sabemos si sonaba,
si yo no escuchaba esta vez
a la espera de sus pasos esta mañana.
¿Una tarde? ¿Una mañana? Un invierno, un alba,
una primavera que él elegirá.
Nada, de eso no sé nada, pongo luces
en las noches al borde de los caminos.
A la espera de sus brazos pinto flores en las puertas,
van a encantarle.
A la espera del tiempo dulce de sus brazos.
Y cuido de mí, enrojezco mis labios, mis mejillas
para que él no vea
lo pálida que estoy a veces, y mucho menos
que él me sorprenda así.
Hay agua fresca y vino.
No sé qué vaya él a elegir.
Yo no sé si es rubio, si es moreno.
Yo no sé si es grande o no.
Pero a la escucha de su voz sabré
que todas sus palabras, todas serán para mí,
a la espera del tiempo dulce de sus brazos.
Pienso todo el tiempo en este momento, oh, cuando nos reencontremos.
Le diré que ha sido demasiado tiempo, no, seguramente no le diré.
A la espera de sus pasos, vivo, sueño y respiro por ello,
a la espera de darle sentido a todo esto.
¿Una tarde? ¿Una mañana? Un invierno, un alba,
una primavera que él elegirá.
Nada, de eso no sé nada, pongo luces
en las noches al borde de los caminos.
A la espera de sus brazos pinto flores en las puertas,
van a encantarle.
A la espera de darle un sentido a todo esto, a todo esto.