En la ventana corre el tiempo,
en la memoria el olvido,
y las ganas de quedarme
en tus brazos distraídos
entreabiertos en los sentidos
de tu cuerpo meditando.
El deseo que olvidé
duerme ahora a tu lado.
En tu sueño murmurando,
guardo la luz de tu piel,
dos rosas, vino y miel,
cuatro lunas sobre el mar.
Vuelvo atrás en este viaje
en busca del coraje
que renace de verte.
En el regreso de la nostalgia,
encuentro la felicidad
que por ti voy a aprender.