Le gustaban las noches
sin principio ni fin
las miradas y los labios
sin futuro ni carmín
se bebía la vida de un tirón
como un trago de ron
Nada más que ella y yo
y el mundo dando vueltas a nuestro alrededor
del infierno al cielo
sin tocar el suelo
ella y yo
el huracán de la distancia se la llevó
del cielo al infierno
no hay amor eterno
ella y yo
Caminaba sin prisa
por la orilla del mar
en un lecho de caricias
yo la he visto navegar,
se comía la vida hasta el final
como un trozo de pan