Ojos vemos, lágrimas no sabemos,
me temo que somos botes a la deriva y sin remo,
hablemos esta noche de ella, aunque hasta la canción más bella
es pequeña para aquella doncella, taciturna estrella.
Y no es lo que dejamos, después de todo,
¿Cuánto queda?
El tiempo es ridículo, relativo, chaquetero,
¿Qué medimos? ¿Qué dejamos en la acera?
Pasos describiendo lo cualquiera,
insistiendo con lo mismo, confesando,
confirmando los misterios, las esferas,
mirando el juego en el humo de una vela.
Suspende porque no estudia, no quiere esperar,
hay mucho que ver, ahora tú que quieres más,
la definición es alta,
¿Pa´ qué dejar de ponerle sentido antes de acabar?
Todo cambia, criadas en el burdel,
perdidas como balas desde Babel,
supongo que no hay precio ya pa´ aprender,
sólo me queda contar, dos, tres, qué!
Niños peleándose en la escuela,
como nadie pregunta, na´ se sabe,
¿Qué será de ella?
Niños peleándose en la escuela,
como nadie pregunta, na´ se sabe,
¿Qué será de ella?
A la niña no le importan los problemas del gobierno,
no comprende bien qué es eso del cielo o del infierno,
no sabe de la guerra, excepto que le aterra,
y aún así se siente la más triste niña de la tierra.
Yo tengo sed, el mundo no me da de beber,
el mundo es una pelea de pollas, edificios altos,
cualquiera que vuela alto lo ve,
pero sabe que poco importa ganar o perder.
La niña se pone a llorar sin saber porqué,
no entiende bien de la fe, pero le pide a Dios
que cese el sufrimiento injusto cuando es tanto el escarmiento
que la chavita por nacer llega a tener remordimiento.
Todo cambia, criadas en el burdel,
perdidas como balas desde Babel,
supongo que no hay precio ya pa´ aprender,
sólo me queda contar, dos, tres, qué!
Niños peleándose en la escuela,
como nadie pregunta, na´ se sabe,
¿Qué será de ella?
Niños peleándose en la escuela,
como nadie pregunta, na´ se sabe,
¿Qué será de ella? ¿Qué?