Las paredes de la habitación se abren hacia un cielo de Pandora,
ella introduce divina belleza en mi corazón.
Canta, canta.
Ella lleva una túnica del color de lugares sagrados
y cuchichea en silencio cansancio para mayor soledad.
Y canta, canta, canta.
No veo ya mis músculos de hierro,
pienso en ella como un rayo de emoción
paralela a toda feminidad.
Y ella canta, canta, canta.
Las paredes de la habitación se abren hacia un cielo de Pandora,
ella introduce divina belleza en mi corazón.
Canta, canta.
Ella lleva una túnica del color de lugares sagrados
y cuchichea en silencio cansancio para mayor soledad.
Y canta, canta, canta.
No veo ya mis músculos de hierro,
pienso en ella como un rayo de emoción
paralela a toda feminidad.
Y ella canta, canta, canta.