Sol redondo y colorado
como una rueda de cobre,
de diario me estas mirando—
de diario me miras pobre.
Sol que tú eres
tan parejo
para repartir tu luz,
habias de enseñarle al amo
a hacer lo mismo que tú.
Me miras con el arado,
luego con la rozadera—
una vez en la llanura
y otra vez en la ladera.
Sol que tú eres
tan parejo
para repartir tu luz,
habias de enseñarle al amo
a hacer lo mismo que tú.