Me dejaste jugar a quererte,
me dejaste aportar en la vida,
me dejaste creerme que me amabas
y un buen día dejaste de ser mía.
Y empecé a recorrer otros caminos
y me vi enredado en otros brazos,
me llené del perfume de otros cuerpos
y probé la dulzura de otros labios.
Y de nuevo me enseñas la baraja
y me retas a una última partida;
en tus manos tan solo hay una carta
y yo tengo las mismas que tenia.
Ay, ay no llores,
que afortunadamente
se te acabó la suerte
y yo seguiré siendo el rey de corazones.
(Música)
Ya cumpliste tu amarga penitencia
y con llanto lavaste tu pecado,
yo también he aprendido a perdonarte
y no olvido lo mucho que te he amado.
Volveremos a ser lo que antes fuimos,
volveremos al mundo del pasado,
pero nunca, nunca, nunca, nunca olvides
que yo cedo después de haber ganado.
Y si quieres rompamos la baraja, amor,
que a los dos nos ha tenido separados
y vivamos completamente unidos
para nunca jamás hacernos daño.
Ay, ay no llores,
que afortunadamente
se te acabó la suerte
y yo seguiré siendo el rey de corazones.
Ay, ay no llores,
que afortunadamente
te tengo nuevamente
y yo seré por siempre tu rey de corazones.