Cuando quise, no quisiste,
ahora que quieres, no quiero,
pasa las penas de amores,
que yo las pasé primero.
Tú, que no tienes
ni cama ni ropa,
echa una pierna
encima la otra.
Ya no estoy como estaba,
dueño querido,
ya no estoy como estaba,
que estoy herido.
-Que ¿cómo está usted?
-Pa servirle a usted,
dueño querido.
Tantarantán, María,
tantarantán, José,
que la niña tiene un diente,
que se lo vi yo ayer.
Todas las damas
van a las flores
con sus amores,
tú también vas.
Cuando las veo,
me remeneo,
me resaleo
y un poco más.