Están llamando al obispo
para casar a los presos,
están llamando al obispo
para casar a los presos.
Porque ya la libertad
en el juzgado se ha muerto,
ellos no pueden salir
y a su amada darle un beso.
Y tampoco pueden ver
a sus parientes enfermos
porque a la libertad
a veces le ponen precio.
Ya está llegando el obispo
para casar a los presos...
Ya está llegando el obispo
y la puerta se está abriendo,
ya está llegando el obispo
y la puerta se está abriendo.
Las paredes de la cárcel
tienen un horrible techo,
no tienen cielo ni estrellas,
ni nubes con aguacero.
Se duermen en los ladrillos
donde rebotan los sesos,
la vida sin libertad
es como caja de muerto.
Ya está casando el obispo
a los que aman en silencio...
El obispo los casó
y les dejó la verdad,
el obispo los casó
y les dejó la verdad.
Cuando ya el cielo se cubre
con capa de oscuridad
los presos piden al cielo
un abogado legal.
Que no se parezca a Judas
y les dé su libertad
y a un juez que ya represente
a la ley y la verdad.
Ya los casó el obispo,
les falta la libertad...