Sopesar qué se deja atrás,
al volver camino del hogar,
la verdad no resulta tan fácil sin
renunciar a lo qué un día fui,
anhelos inciertos.
Trataré de andar esta ciudad,
sin quitar la vista del frente.
Siete días ya no bastarán,
para crear de nuevo un hogar sin ver el mar.
Dónde fue a parar el amor qué yo he entregado,
los momentos del pasado qué ya no puedo olvidar.
Dónde van a dar, a qué triste estercolero,
Señor basurero, hágame un favor:
encuentre el más feliz, el qué aún sigue con vida,
pílleme desprevenida y tritúrelo, y tritúrelo.
La humedad se empieza a disipar.
Sentiré nostalgia al recordar
toda esa sal calando mis huesos,
y ese sol qué no da calor
pero irisa mi cielo,
sobre un mar qué rompe sin césar
sobre el cristal del faro, a lo lejos.
Siete días ya no bastarán,
para crear de nuevo un hogar sin ver el mar.
Dónde fue a parar el amor qué yo he entregado,
los momentos del pasado qué ya no puedo olvidar.
Dónde van a dar, a qué triste estercolero,
Señor basurero, hágame un favor:
encuentre el más feliz, el qué aún sigue con vida,
pílleme desprevenida y tritúrelo, y tritúrelo.
Y tritúrelo...