Llega tu recuerdo en torbellino,
vuelve en el otoño a atardecer,
miro la garúa y mientras miro
gira la cuchara de café.
Del último café
que tus labios con frío
pidieron esa vez,
con la voz de un suspiro.
Recuerdo tu desdén,
te evoco sin razón,
te escucho sin que estés:
"Lo nuestro terminó"
dijiste en un adiós
de azúcar y de hiel...
Lo mismo que el café,
que el amor, que el olvido...
Que el vértigo final
de un rencor sin porqué...
Y allí, con tu impiedad,
me vi morir de pie,
medí tu vanidad
y entonces comprendí mi soledad
sin para qué...
Llovía y te ofrecí el último café…
(se repite desde: Recuerdo tu desdén,)