Cuando lo estaba queriendo,
cuando lo estaba sintiendo,
todito mío lo vi partir.
Me juró que regresaba,
pero todo era mentira
porque ya su alma no era de mí.
En la noche silenciosa
nos miramos frente a frente
sin hablar.
Cuando me dijo de pronto
que olvidara su cariño,
que no me quería engañar.
~ ~ ~
Fue bajo del crucifijo
de la torre de una iglesia
cuando la luna nos alumbró.
Yo le estreché entre mis brazos
con ganas de detenerla,
pero el orgullo me lo impidió.
Ya sola frente a la iglesia
y llorando ante el cristo,
fui a implorar.
Y al contemplar mi tristeza
el crucifijo de piedra
también se puso a llorar...
También se puso a llorar...