Golpeando de puerta en puerta,
iba doña Filomena
invitando a los amigos
al casamiento ‘e la nena.
La nena era cuarentona:
tenía barba y bigote.
El novio era un peticito,
que la conoció de noche.
Le regaló diez gallinas
y un gallo chueco y fulero:
el padrino que, de noche,
visitaba el gallinero.
Cuando comenzó la fiesta
tocaron la chacarera
y un rengo que la bailaba
levantaba polvareda.
La vieja, con disimulo,
contaba los invitados.
El marido, que era tuerto,
le cuidaba los regalos.
El novio muy compadrito,
peinadito a la gomina.
Al verlo, dijo un paisano:
-"tan chiquitito y camina".
Llegando la madrugada,
quedaron todos machados
y un perro estaba lamiendo
la cabeza de un pelado.
Seguía la chacarera:
la guitarreaba Zapata
y al rengo que la bailaba
se le arreglaron las patas.