Te recordaré en cada gesto más imperfecto,
cada sueño perdido y hallado en un cajón.
En esos días que pasaban en un día
y en la ternura, tus cabellos y las sábanas.
Y no, no llores que no soporto tus lágrimas.
No lo conseguiré jamás
porque si estás feliz
cada sonrisa es oro
y en la lejanía perdonándote te imploro
y hablará de ti.
Es sólo que,
Que cuando no regreses y ya es tarde y afuera está oscuro,
no existe solución, esta casa sabe a ti.
Y escucharé tus pasos y a cada paso me sentiré mejor
y ante cada mirada externa pierdo el interés
y esto me da miedo,
tanto miedo,
miedo de estar bien,
de escoger y equivocarme.
Pero lo que me hace sentir bien eres tú amor.
He coleccionado experiencias de gigantes.
He coleccionado burradas y figuraciones.
He pasado tantos años en una jaula de oro;
sí, quizá era bellísimo pero siempre enjaulado estaba.
Y ahora dependeré siempre de tu alegría
que dependerá siempre sólo de la mía
que hablará de ti,
y hablará de ti.
Es sólo que,
Que cuando no regreses y ya es tarde y afuera está oscuro,
no existe solución, esta casa sabe a ti.
Y escucharé tus pasos y a cada paso me sentiré mejor
y ante cada mirada externa pierdo el interés
y tanto te amo
que por esos ojos dulces puedo sólo estar mal
y tomar esos labios y después besarlos al sol
porque sé lo mucho que lastima la falta de una sonrisa
cuando alejándonos desaparece de tu rostro
y me da miedo,
tanto miedo,
miedo de estar bien,
de escoger y equivocarme.
Pero lo que me hace sentir bien ahora eres tú amor.
Y afuera está oscuro,
pero aquí estás tú amor,
y afuera está oscuro.