En mis días de vagabundeando, vagué al sur de la frontera
Terminé en un pequeño pueblo mejicano
Fue allí que conocí a una señorita preciosa
Allí me ofrecio su corazón si yo prometiera establecerme
Un amor incomparable, eternamente feliz
Esto podría haber sido, pero en vez solo tuve que vagar
Cuando me alejaba, con lágrimas en sus ojos ella estaba suplicando
Todavía puedo ver sus lágrimas, todavía puedo oir las palabras que dijo:
No te vayas, señor, no te vayas
No te vayas, señor, no te vayas
No te vayas, no te vayas
Supongo que mi vagando ha terminado, simplemente no puedo olvidarla
Mi amor por ella sigue doliendo en el fondo más profundo
No hay nada que hacer sino volver al sur de la frontera
Y pedirle perdón y nunca más a vagar
No te vayas, señor, no te vayas
No te vayas, señor, no te vayas
No te vayas, no te vayas