Se me hizo demasiado fácil:
las panteras no se doman.
Basta, vamos, preséntate,
no te cambies todavía de ropa.
Tu cabello esconde
pensamientos infranqueables.
Aquellas frases indescifrables
se ensucian con tu labial.
Pura, la belleza insólita
se asemeja a tu carácter.
Pide en préstamo a las nubes
una lágrima para llorar,
me haces correr a tu tiempo,
me rebasan las manecillas del reloj.
Como ya es tarde, saludémonos
bajo el semáforo en rojo.
Si es verdad que me amas, ya no te canses mañana.
Las dudas son extrañas, tiemblo y me sudan las manos,
te sigo y luego te pierdes
como si estuvieras en la niebla de Milán.
Sigue siendo para mí el último metro,
si me echas no me bajaré;
en el sitio del amor conectado a mi corazón
escribí tu nombre.
Las lenguas de las serpientes saben llamarnos 'amantes'
porque nos escondemos cuando pasan los parientes.
Nuestro amor es una encrucijada repentina
entre el infierno y el paraíso;
Ese beso dado a fuerza
nos hace estar bien a medias.
Es bonito siempre decirse en voz baja: "Amor mío, te quiero"
Cómo me cuesta trabajo vivir
cada vez que es domingo.
Él te lleva al cine,
y yo estoy sólo en el cine;
se besa la pareja en pantalla,
y una lágrima forza a mis ojos
algo más brillantes.
Si es verdad que me amas, ya no te canses mañana.
Las dudas son extrañas, tiemblo y me sudan las manos,
te sigo y luego te pierdes
como si estuvieras en la niebla de Milán.
Sigue siendo para mí el último metro,
si me echas no me bajaré;
en el sitio del amor conectado a mi corazón
escribí tu nombre.
Las lenguas de las serpientes saben llamarnos 'amantes'
porque nos escondemos cuando pasan los parientes.
Nuestro amor es una encrucijada repentina
entre el infierno y el paraíso;
Ese beso dado a fuerza
nos hace estar bien a medias.
Es bonito siempre decirse en voz baja: "Amor mío, te quiero"