Oh, tú que sabes trabajar la alegría
Y guiarla con delicadeza,
¿qué hacer para guardar cautivos
esos sentimientos, esas risas vibrantes
esas alegrías, esos soles inmensos?
¿Dónde has aprendido esa danza?
Enséñame cada uno de esos pasos,
dímelos, dímelos, yo no los sé.
¿Qué haces para ser fuerte
frente a la vida, frente a la muerte?
Dime cómo convertir en oro
una capa de remordimientos.
Yo también quiero cantarla,
esa alegría de vivir, esa arrogancia.
Yo también quiero amaestrarla
y llevar sobre mi espalda la suerte.
¿Qué haces para alinear
palabras luminosas como lentejuelas?
Querría estar en tu cuerpo.
Querría estar en tu cabeza.
Siempre esta sofocante presencia,
detrás de mí esta soledad.
El invierno perdura desde hace meses;
tengo hambre, tengo sed, tengo angustia, tengo frío.
Tú dices: "no es difícil".
Que la felicidad es como la arcilla,
basta con saber modelarla
imitando los rasgos de nuestros deseos.
Pero temo tener que mentir
a aquellos que amo, a aquellos que me aman
escondiéndome como un niño
detrás de montañas de risa.
Quiero silencios alegres
o bellos carruseles confortables
antes de ser demasiado viejo
para ocultar mis lágrimas frágiles.
Oh, tú que sabes trabajar la alegría
¿Dónde has aprendido esa danza?
Enséñame cada uno de esos pasos,
dímelos, dímelos, yo no los sé.