Creo que no querrás oírme
por yo gitana ser.
Creo que no sabre implorarte,
no te puedo ver.
Siempre me hallo marginada,
no vivo con virtud.
Veo tu cara y me pregunto
lo que fuiste acaso tú.
Los marginados viven con sed.
Piden clemencia, amor quieren ver.
Todos perdidos confían en ti.
Los marginados te ruegan vivir.
No pido nada, sé sobrevivir
pero hay otros tantos que no son así.
Salva a mi gente de su suerte atroz
si todos somos los hijos de Dios.
Yo no sé si hay una causa
por qué unos sí, otros no
y aquellos favorecidos
nos temen, nos huyen.
¡No quieren ni vernos!
Los marginados cansados están
buscando saber el porqué de nacer.
Vientos con fuerza golpean sin cesar.
Tú los hiciste, protégelos hoy.
Pobres, sin suerte, el raro y el débil
si es que todos somos los hijos de Dios.