Yo sé que tu madre reza por que me olvides
y sé que hasta mi nombre lo ha maldecido,
le envidia al mirar cómo te quiero,
¡porque cómo te quiero ni ella misma te ha querida!,
¡por Dios que sí, cómo te quiero!.
¿Por qué tiene que ser que cuando más se quiere
con el alma y corazón, no falta quién se oponga?
respeto su rencor de la que tanto me odia,
pero te quiero y perdone usted, señora,
y perdone usted, señora.
¿Por qué tiene que ser que cuando más se quiere
con el alma y corazón, no falta quién se oponga?
respeto su rencor de la que tanto me odia,
pero te quiero y perdone usted, señora,
¡y perdone usted, señora!.