He recorrido su cuerpo durante mucho tiempo,
acariciado cien veces su cara,
he encontrado oro
e incluso algunas estrellas, secando sus lágrimas.
Y he aprendido de memoria la pureza de sus formas,
a veces todavía las dibujo,
ella forma parte de mí.
Sólo quiero un último baile
ante la sombra y la indiferencia,
un vértigo y luego el silencio,
sólo quiero un último baile.
La conocí demasiado pronto pero no es mi culpa,
la flecha atravesó mi piel,
es un dolor que se mantiene,
que hace más bien que mal.
Pero conozco la historia, ya es demasiado tarde,
en su mirada se puede apreciar que se prepara
para el largo viaje.
Puedo morir mañana, eso no cambia nada,
he recibido de sus manos
la felicidad anclada en mi alma,
es incluso demasiado para un sólo hombre.
Y la vi partir, sin decir nada,
sólo hacía falta que respire.
Gracias por haber encantado mi vida.