Viene a través de un agujero en el aire,
de esas noches en la plaza de Tiananmen.
Viene del sentimiento
de que esto no es exactamente real,
o es real pero no está exactamente ahí.
De las guerras contra el desorden,
de las sirenas noche y día,
de los fuegos de los mendigos,
de las cenizas de los gays:
la democracia llega a los Estados Unidos.
Viene a través de un hueco en la pared,
en un visionario torrente de alcohol,
de la tartamudeante transcripción
del Sermón de la Montaña
que no voy a molestarme en hacer como si entendiera.
Viene del silencio
en el muelle de la bahía,
del valiente, audaz, maltratado
corazón de Chevrolet:
la democracia llega a los Estados Unidos.
Viene a través de la tristeza en las calles,
los lugares sagrados donde se encuentran las razas,
de la bronca homicida
que ocurre en todas las cocinas
para determinar quien sirve la mesa y quién come.
De los muros de la decepción
donde las mujeres se arrodillan a rezar
por la gracia de Dios en este desierto
y en otros desiertos lejanos:
la democracia llega a los Estados Unidos.
Navega, navega,
oh poderoso barco del Estado!
Hacia las Orillas de la Necesidad,
pasados los Acantilados de la Codicia,
a traves de las ventoleras del Odio.
Navega, navaega, navega, navega.
Llega primero a América,
la cuna de lo mejor y lo peor.
Es aquí donde tienen el alcance
y la maquinaria para el cambio
y es aquí donde tienen la sed espiritual.
Es aquí donde la familia está rota
y es aquí donde los solitarios dicen
que ha de abrirse el corazón
a un nivel fundamental:
la democracia llega a los Estados Unidos.
Viene a través de los hombres y mujeres.
Oh, nena, haremos el amor de nuevo.
Nos adentraremos tan hondo
que el río va a llorar,
y las montañas gritaran "¡Amén!".
Llega como el maremoto
bajo la influencia de la luna.
Imperial, misterioso
en una amorosa formación:
la democracia llega a los Estados Unidos.
Navega, navega...
Soy un sentimental, si entiendes a lo que me refiero.
Amo al país, pero no soporto sus numeritos.
Y no soy de izquierdas ni de derechas,
esta noche simplemente me quedo en mi casa,
perdiéndome en esa pequeña pantalla desesperanzada.
Pero soy testarudo como esas bolsas de la basura
que el Tiempo no puede pudrir.
Soy basura, pero aún así sigo presentando
este pequeño ramo de flores salvajes:
la democracia llega a los Estados Unidos.