Yo vengo del la'o de Oruro,
del pago de la Diablada,
en donde uno se enamora
de las mujeres casadas.
Con una bolsita ‘e maíz,
que le llaman sara pata
y panza de vicuña,
para tejer unas mantas.
No te olvidés,
si vas pa’l norte,
llegate hasta Tucumán
y así comemos un mote.
En Salta metá coquear,
pitando cigarro y chala,
y cuando voy a Jujuy,
armamos la cacharpaya.
Esa esquina de los pobres
buscar consuelo en las farras
y se olvida de las penas,
cuando sienten la guitarra.