Pinté la vista en roto de nuevo.
Alguien vino para nos,
el mundo se hizo mal.
Andábamos todas las noches.
A través de panoramas estrelladas
en abrigos sederos.
Las hadas nos dirigían
al otro lado
donde llenos de sombra
entramos en los días claros.
Tenemos la tierra quemada.
Tenemos el derecho para sentir.
Tenemos solamente un regalo
y no fondos.
La sangre quemó el todo,
nos desmayamos
y tres hijas más negras de noche
nos traen a través de calles quemadas.
Y además respiramos
y entramos.
Hijos de la sombra entran en los días claros.