Eras niña de largos silencios
y ya me querías bien.
Tu mirada buscaba la mía
jugabas a ser mujer.
Pocos años ganados al tiempo
vestidos con otra piel
y mi vida que nada esperaba
también te quería bien.
Te extrañaba yo tanto
que al no verte a mi lado
ya soñaba con volverte a ver
y entre tanto te estaba inventando
de niña a mujer.
Y esa niña de largos silencios
volaba tan alto que
mi mirada quería alcanzarla
y no la podía ver.
La paraba en el tiempo pensando
que no debería crecer.
Pero el tiempo me estaba engañando
mi niña se hacía mujer.
La quería yo tanto
que al partir de mi lado
ya sabía que la iba perder
y es que el alma les estaba cambiando
de niña a mujer.
La quería yo tanto
que al partir de mi lado
ya sabía que la iba perder
y es que el alma le estaba cambiando
de niña a mujer.