No le preguntes al sol por qué se pone,
Por qué oculta su luz,
O por qué esconde su mirada incandescente
Cuando la noche transforma el oro carmesí en gris.
Pues el sol, culpable, callará
Mientras el día se vuelve oscuridad.
No se atreve a decir una simple verdad:
Su luz sólo puede cegar y quemar.
No hay piedad para el culpable
Derroquen a su mentiroso sol
Por la noche, [habrá] sangre de un negro plateado,
Sobre sus pálidos rostros.
Cruel luna, trae el final.
El amanecer no llegará de nuevo.