Yo tenia un huerto florido
de claveles y de azucenas
de rosas y de jazmines
que me quitaban duelos y penas.
Cada día en la mañanita,
cuando el sol de Oriente salía,
saludaba a la buena mañana
con el corazón lleno de alegría.
Ahora sólo puedo llorar
lágrimas de melancolía
un mal viento se llevó
el clavel que más quería.
No hay consuelo para mí
pero una cosa les diría:
gracias amigas y amigos
por su compañía,