Imagina un niño de poca edad
Que se paseara por las nubes
¿Qué vería con su corta edad?
¿Cómo sería la forma de su viaje?
Habría, seguramente, bellas imágenes
Dos o tres recuerdos que se desprenderían
Y si el tiempo se vuelve tormentoso
Tendría a su madre en una cara
No habría odio ni matanza
Sólo estaría la inconsciencia de su edad
Algunas chuches, algunos espejismos
y la felicidad
Para estar de acuerdo
Imagina un Jiang Zeming
Levantar los ojos de su triste cara
¿Qué vería en el cielo de China?
Ni al Panchen ni el Tíbet libre
Vería miles de unidades
Una plaza de Tian An Men muy limpia
Carros de combate, cuotas de mercado
Y quizás a Mao para guiarlos
Que se van, que se van
Antes de la tormenta, que se van
Imagina un talibán
Elevar los ojos bajo su turbante
Sobre el cielo azul de Afganistán
Ya no habría mujeres y no habría niños
Habría una especie de velo
Un chador negro que esconde un alma
Algunos ejércitos, toneladas de lágrimas
Escondidas en nubes de drama
Imagina al peor de los presidentes,
Bush, el americano pedante
Pillado en un momento desprevenido
Divagando sobre el viento
Vería en esas grandes cosas blancas
Toneladas de petróleo y toneladas de dinero
Pero seguramente no vería la cara de la gente
Intoxicada en nombre del buen texano
Se vería gigante
Gestionando el más estúpido de los continentes
Y como el bufón que es, seguramente
Saborearía
El instante presente
Pero cuando yo miro a las nubes
Veo a mi crío en una cara
Y siguiendo a la dulzura de esa imagen
Hay como un odio que se desprende
Ver la belleza de ese presagio
Que se podría convertir en tormenta
Porque la mirada de todos esos que no valen nada
No irá jamás en el sentido de los sabios
Que se van...