De aquella de cuyo pecho mamó Dios
no es sorprendente sanar a contrechos.
Así hizo Santa María un milagro hermoso
en su iglesia en Lugo, grande y piadoso,
por una mujer que tenía tullido
casi todo su cuerpo y por enfermedad encogido.
El obispo y toda la gente presente delante,
viendo y oyendo esto y llorando de emoción,
vieron que fue milagro y no fraude,
y por ello adoraron a la Virgen con fervor.