Devuélveme la fe que he perdido en ti
y dame un poco de tu frialdad.
Apareces tan fugaz
y misteriosa de la nada entre la noche
y yo siempre acabo igual,
enloqueciendo, pidiendo más.
Oh, oh, oh, dame tu amor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.
Juegas sabiendo que
causas ese efecto en mí,
no sé por cuantdo más podré vivir así,
pues no sé estar bajo la abstinencia de tus caricias.
Oh, oh, oh, dame tu amor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.
Oh, oh, oh, dulce dolor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.
Haces del pecado,
una bendición tan dulce, venenosa
tan tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú...
Oh, oh, oh, dame tu amor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.
Oh, oh, oh, dame tu amor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.
Oh, oh, oh, dulce dolor...
Oh, oh, oh, entre cuchillos de neón.