Ella dijo que volvería en cinco minutos.
Fue a traer víveres
en la lluvia torrencial con su pancita de embarazo,
desaceleró ante el semáforo.
El conductor frenó demasiado tarde.
Mi mamá por los aires, veinte pies por encima a mi suerte.
Tuve fe en el asiento delantero
y a la esperanza a mi lado
pidiéndole a los ángeles
que escuchan nuestros llantos.
Desde ese día, eso me convirtió
en una luchadora toda mi vida.
Tuve fe en el asiento delantero
y la esperanza a mi lado.
No podían hallar un latido en el interior.
Se nos acababa el tiempo.
El doctor dijo: "Aún quedan doce semanas
pero hoy ambas sobrevivirán".
El conductor frenó demasiado tarde
y yo me elevé por los aires, veinte pies por encima a mi suerte.
Tuve fe en el asiento delantero
y a la esperanza a mi lado
pidiéndole a los ángeles
que escuchan nuestros llantos.
Desde ese día, eso me convirtió
en una luchadora toda mi vida.
Tuve fe en el asiento delantero
y la esperanza a mi lado.
Mi papá se estaba volviendo loco.
No había nada que pudiera hacer
así que fue a comprarle a mi madre un piano de media cola
Para llevarse su dolor, darle fuerza
pero la música, en cambio, fue un milagro para mí.
Tuvimos fe en el asiento delantero
y a la esperanza a mi lado
pidiéndole a los ángeles
que escuchan nuestros llantos.
Desde ese día, eso me convirtió
en una luchadora toda mi vida.
Tuve fe en el asiento delantero
y la esperanza a mi lado.
Le agradezco a Dios por los ángeles.
Escucharon cuando lloramos.