Sombras de caras,caras de marineros
¿desde donde venìs?¿hacia adonde andàis?
desde un sitio donde la luna se muestra desnuda
y la noche nos ha apuntado la navaja a la garganta.
Y a montar el asno sòlo quedò Diòs
el Diablo està en el cielo y allì ha hecho su nido.
Salgamos del mar a secarnos los huesos donde Andrea
a la fuente de los palomos en la casa de piedra.
Y en la casa de piedra, ¿quién habrà?
en la casa de Andrea que no es marinero.
Gente de Lugano, caras de cortabolsas
los que del ròbalo prefieren el ala;
chicas de familia olor a a bueno
que puedes mirarlas sin el condom.
Y a estas barrigas vacìas, ¿qué les darà
para beber y para comer?
Pescadito frito, blanco de Portofino,
cerebro de cordero en el mismo vino,
lasañas caseras a las cuatro salsas,
pastel en agro-dulce de liebre de tejados*.
Y en el barco del vino navegaremos tras los escollos,
emigrantes de la carcajada con los clavos en los ojos,
hasta que la mañana crezca para poderla cosechar,
hermana de claveles y muchachas,
dueña de la cuerda podrida de agua y sal
que nos ata y nos lleva en una senda de mar.