Sólo te gustaba hacer el amor
allí en el pinar;
allí no te hastiabas nunca.
Sentía el fuego de tus venas
cuando te amaba,
cuando te estrechaba entre mis brazos.
Sólo te gustaba hacer el amor,
estaba enamorado
y no me daba cuenta nunca
de que, con los ojos cerrados,
con el fuego dentro
y los puños apretados
nunca viste,
nunca,
nunca, nunca, nunca
mi amor
mi amor
mi amor...
Pobre amor
que, entre tus manos,
tú ahogabas
con las manos,
tus manos.
Te ha bastado un día
para encontrar a otro
con tus patrañas.
Vuelve a cerrar los ojos
con el fuego dentro,
vuelve a apretar los puños,
ahora le toca a él.
Sólo te gustaba hacer el amor,
estaba enamorado
y no me daba cuenta nunca
que, con los ojos cerrados,
con el fuego dentro
y los puños apretados
nunca viste,
nunca,
nunca, nunca, nunca
mi amor
mi amor
mi amor...
Pobre amor
que, entre tus manos,
tú ahogabas
con las manos,
tus manos.
He vuelto al pinar
y he pedido perdón.
Sí, lo he hecho por ti,
por las ofensas hechas al césped,
al viento y a las sombras
y a todos los árboles que conoces.
Mi amor,
mi amor,
mi amor,
pobre de mi amor,
mi amor,
pobre de mi amor...