Me despierto
y te sacudo.
Tú no te despiertas,
como siempre.
Sobre ti
echo la manta;
tengo miedo de que tengas frío,
como siempre.
Mi mano
te acaricia el cabello,
casi a pesar de mí,
como siempre.
Pero tú,
tú me das la espalda,
como siempre.
Y luego
me visto rápidamente;
salgo de la habitación,
como siempre.
Completamente solo,
me tomo un café;
se me hace tarde,
como siempre.
Sin hacer ruido,
salgo de casa,
fuera está todo gris,
como siempre.
Tengo frío,
me tapo el cuello,
como siempre.
Como siempre,
todo el día
voy a jugar
a aparentar.
Como siempre,
voy a sonreír,
sí, como siempre.
Incluso me voy a reír.
Como siempre,
en fin, voy a vivir,
sí, como siempre.
Y, luego,
el día se acabará,
volveré a casa,
como siempre.
Tú,
tú habrás salido,
aún no habrás vuelto,
como siempre.
Completamente solo
me acostaré
en esa enorme y fría cama,
como siempre.
Ocultaré mis lágrimas,
como siempre.
Como siempre,
incluso de noche,
voy a jugar
a aparentar.
Como siempre,
tú volverás,
como siempre,
yo esperaré,
como siempre,
me sonreirás,
sí, como siempre.
Como siempre,
te desnudarás,
como siempre,
te acostarás,
sí, como siempre.
Nos abrazaremos,
como siempre.
Como siempre,
aparentaremos,
sí, como siempre.
Haremos el amor,
sí, como siempre.
Fingiremos,
sí, como siempre.