Inesperadamente
como lluvia de verano,
ahora eres
una presencia indispensable para mí.
Más allá de la profunidad
del cielo en la noche,
tú ya estás
en la mirada que te sigue a donde vas.
Eres la excepción que ya,
que me pertenece como si
fueras mía desde siempre.
Eres la vida que arranca de nuevo,
el universo que se expande,
la necesidad
mientras miras absorta el mar.
El amor que no tiene preguntas,
mi tierra sobre el atlas,
la felicidad.
Si abres esa puerta, ya estás aquí.
Ya estás aquí.
Más allá de las cosas
que piensa la gente,
me has elegido
haciendo florecer este invierno inmóvil.
Como una parvada
que vuela y se eleva a lo lejos,
siento la necesidad
abrumadora de sentirte mía.
Porque cada acción que tú haces
es una emoción que me das,
que me hace gritar.
Eres mi amor más grande,
el universo que se expande,
la necesidad
mientras miras absorta el mar.
El amor que no tiene preguntas,
mi tierra sobre el atlas,
la felicidad
que ya me sorprende.
Y me siento tan frágil,
tan fuerte e invulnerable
si aquí estás
porque ya
Sigues siendo a pesar de todo
el universo que se expande,
la necesidad
mientras miras absorta el mar.
Eres una luz jamás distante,
mi tierra sobre el atlas,
la felicidad.
Si abres esa puerta, ya estás aquí.
Ya estás aquí.
Ya estás aquí.