Hace dos noches, al salir de mi trabajo
para marcharme a mi casa a descansar,
me dijo un 'chulo' muy postinero:
oiga usted prenda, se la puede acompañar
y convidar...
Y si usted quiere
nos iremos algún cine,
debo advertirle que soy hombre muy formal,
y después, a la salida
nos iremos al Café de San Millán.
Colón, Colón 34,
tiene usted su habitación
y una chica muy decente,
sin ninguna pretensión
en la calle de Colón, Colón, Colón,
siempre a su disposición.
Un señorito longuí, con guante y botines
y el cuello largo que parecía un ascensor
quiso llevarme al Hotel Palace
para bailar eso que llaman el fox-trot,
vaya un 'gachó'.
Un viejo verde también quiso que yo fuera
en su automóvil,
no adivino ¿para qué?
Pero yo le dice: bueno,
si está malo el caballero
túmbese.
Colón, Colón 34,
tiene usted su habitación
y una chica muy decente
sin ninguna pretensión
en la calle de Colón, Colón, Colón,
siempre a su disposición.
Y una chica muy decente
sin ninguna pretensión
en la calle de Colón, Colón, Colón,
siempre a su disposición.