Hace frío en esta habitación.
Está lloviendo afuera.
No queda nadie en ningún callejón.
Parece una ciudad desierta.
Se ha destemplado mi corazón
porque tú no estás conmigo.
Quisiera escapar de esta prisión,
montar al tren del olvido.
Decías que todo era un juego.
Decías que nada es eterno,
pero en tus ojos ha llovido tanto
que se han cansado de esperar.
Oh, y ahora sufro mirándote marchar.
Oh, ahora sufro mirándote marchar.
Los años curan algunas heridas.
Los meses borran sus huellas.
Hay días para sufrir recaídas
y horas para estar sin ella.
Y aunque haga frío en mi habitación,
aunque esté lloviendo fuera
y nada parezca tener solución,
sigo tocando madera.
Decías que todo era un juego.
Decías que nadie es tu dueño,
pero en tus ojos ha llovido tanto
que se han cansado de esperar.
Oh, y ahora sufro mirándote marchar.
Oh, ahora sufro mirándote marchar.
Oh, ahora sufro mirándote marchar.
Mirándote marchar.