Mi pequeña tórtola que leve volando de mí te alejaste,
tu imagen retorna una y otra noche a oprimirme el sueño.
En razón de amor me desasosiego y estoy esperándote,
aun siendo recóndita es intolerable esta mi dolencia.
Porque eres cruel estoy trajinando enfermo y febril;
después de acunar el tibio cariño que juntos vivimos,
emprendiste el vuelo: aquí me dejaste, tornándome huérfano,
vagabundo y solo, sumido en tristeza desde aquella vez.
Sin consuelo alguno te sigo queriendo cada amanecer
como sombra voy caminando a solas con mi soledad.
Mis ojos padecen al mirar la casa donde ya no estás,
corazón transido que me mancha el pecho y me hace sollozar.
Con un leve vuelo de mí te apartaste pequeña torcaz
porque no querías que te acariciase el pelo y la piel.
Regresa, te pido, a darme consuelo como sabes tú.
Alivia esta pena que me estruja el ama, mi tortolita.