La luz estelar centellea imponente,
mientras ellos celebran esta noche,
el estrépito distante de las pezuñas
de los caballos, anuncia su fin.
''Traed barriles de roble, levantad vuestros cuernos,
dejad de lado vuestras armas'',
Un dorado resplandor muestra su sendero,
sobre la luz de la taberna.
Reunirá a todos los hombres ante el trono,
la Muerte y la Naturaleza se asombrarán. 1
En el golpe de medianoche,
cuando las dos lunas asciendan,
y despierte la tormenta,
al niño durmiente.
Cuando las dos lunas se unan,
lágrimas silenciosas caerán.
Érase una vez,
como un sueño muy lejano,
el niño durmiente.
Entonces un contador de cuentos despierta al reino,
de dragones, magos y caballeros,
mientras hombres poderosos y sus siervos
se sientan alrededor del fuego, hombro a hombro.
Nadie conoce al mal,
fuera de la profundidad del bosque.
La madre Muerte canta con anticipo,
su tan dulce melodía.
Reunirá a todos los hombres ante el trono,
la Muerte y la Naturaleza se asombrarán
Debajo del manto de oscuridad
y entre la tenue neblina,
mientras poderosos y siervos vierten
la sangre vital en sus espadas.
Cuando las dos lunas se unan,
lágrimas silenciosas caerán.
Érase una vez,
como un sueño muy lejano,
En el golpe de medianoche,
cuando las dos lunas asciendan,
y despierte la tormenta,
al niño durmiente.
1. Mozart’s Requiem-III.Sequentia:Dies irae. Tomado de Rundfunkchor Leipzig, Gert Frischmuth. Traducción de Ana Portnoy