A orilla del río primero
se encuentra muchos ranchitos
cuando uno pasa de noche
de atrás le pegan un grito
-¡Venite negro!
Ahí viven las chicas Ponce,
de muy buenos sentimiento,
pregunten a los muchachos
de todos los regimientos.
En el rancho de la Alita
estaba un turco sonriente
pensando de qué manera se le
habían caído los dientes.
Chacarera, chacarera,
chacarera de las Ponce,
¿Dónde vamos a parar?
Recién después de las once.
A orilla del Río Primero
llevamos una guitarra,
comimos asado con cuero,
chupamos una semana.
Y el cura de la catorce
con su carita sonriente
decía "¡Viva las Ponce!"
porque era medio pariente.
Y cuando se armó el liazo
por culpa casi del nada
llovían los botellazos
y fuimos todos en cana.
Chacarera, chacarera,
chacarera de las Ponce,
¿Dónde vamos a parar?
Recién después de las once.