Vos querías algo así nomás y yo no tenía
Querías el universo y yo solo tenía mi mundo
Vos querías silencio cuando yo sólo era música
Que siguieramos un camino cuando yo sólo sabía inventarlos
Querías ríos en medio del desierto
Vos querías dar vueltas cuando yo tenía mi lugar
Que te hiciera canciones que te hagan sonreír
Podría, pero sólo me quedaban lágrimas para decir
Y valles lluviosos como mi único hogar
Cuando yo ya no esté, ¿quién leerá mis poemas?
Algún otro melancólico que se verá reflejado en mí
Probablemente va a pensar, "¡Qué hermoso cuánto la ama!"
Pero que sepa que nunca he amado a nadie más que a mí
Que en la cama o en el corazón el egoísmo es la fuente
De toda generosidad
Que las mujeres me perdonen por no estar hecho para quedarme
Por ser como una nube que busca su cielo propio
Por no ser más que un barco que navega a la deriva
Siempre con este impulso de huir de los enlazados
Perdónenme, todos los que se atan de las manos
Ustedes que creen que de a dos van a caminar mejor
Ustedes que creen que el otro les va a salvar el pellejo
Cuando es su alma la que se les va a curtir
En el amor uno es siempre o el más grande guerrero
O el cordero perdido que busca al pastor
Aunque terminemos en el suelo juntando los pedazos
Al borde del precipicio a dos pasos de ese salto
A dos pasos de la tumba