Una vieja bretona con un sombrero y una sombrilla de papel e arroz y caña de bambú;
capitanes corajudos;
astutos contrabandistas macedonios;
jesuitas;
euclídeos;
vestidos como los bonzos para entrar a la corte de los emperadores de la dinastia Ming.
Busco un centro de gravedad permanente,
que no me haga cambiar jamás las ideas sobre las cosas, sobre la gente.
Necesitaría...
Busco un centro de gravedad permanente,
que no me haga cambiar jamás las ideas sobre las cosas, sobre la gente.
Una y otra vez.
Por las calles de Pekín eran días de mayo,
entre nosotros se bromeaba sobre recoger ortigas.
No soporto los coros rusos, la música pseudorock,
la new wave italiana, el free punk jazz inglés
ni tampoco la música negra africana.
Busco un centro de gravedad permanente,
que no me haga cambiar jamás las ideas sobre las cosas, sobre la gente.
Necesitaría...
Busco un centro de gravedad permanente,
que no me haga cambiar jamás las ideas sobre las cosas, sobre la gente.
Una y otra vez.
Eres una mujer enamorada.
Bebé, necesito tu amor, quiero tu amor.
Una y otra vez.
Ven a mi vida.
Oh, bebé, quiero darte mi alma.
Bebé, necesito tu amor.