Oh Fortuna,
como la Luna
tu estado es variable.
Siempre creciendo
o menguando,
la vida es algo detestable
que primero oprime
y luego cura
según le plazca a su ánimo.
Miseria
y poder
se disuelven como el hielo.
Destino, cosa inhumana
e inane,
tú, rueda caprchosa
que malignamente te alzas.
La salud es vana
y siempre se desvanece,
ensombrecida
y oculta,
también me aquejas a mí,
ahora, por tus caprichos
presento a tu maldad
mi espalda desnuda.
El destino, en la salud
y en la virtud
está en mi contra.
Avanza
y cae rendido,
siempre en esclavitud.
Por eso, en esta hora
sin demora
tañed las cuerdas vibrantes.
Pueso que el destino
hace caer al fuerte,
¡llorad todos conmigo!.