Por las ramas del laurel
van dos palomas oscuras.
La una era el sol,
la otra la luna.
«Vecinita», les dije.
«¿dónde está mi sepultura ?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra a la cintura
vi dos águilas de mármol
y una muchacha desnuda.
Por la rama del laurel
van dos palomas oscuras.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
«Aguilitas», les dije,
«¿dónde está mi sepultura ?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Por la rama del cerezo
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna.
Por la rama del laurel
van dos palomas oscuras.