carreras clandestinas, carreras, carreras de la barranca,
entre barañas y espinas, allá lleve a mi potranca,
prieta como a ellos les gusta, para sobarles el anca.
Mirando a un potro y al dueño, le dije hagamos un trato,
le juego mi Bailarina, contra su potro El Retrato,
cuántos caballos perdidos, y aquí la historia relato.
Tal parecía que el potro había escuchado la apuesta,
relinchaba y relinchaba, era su pecho una fiesta,
en honor de mi potranca, que también estaba puesta.
Además de la carrera, también corrió el nuevo peso,
esta vida es muy cortita, hay que gozarla y por eso,
hubo mariachis y banda, mi corredor era El Hueso.
El potro en el partidero, se mostraba muy inquieto,
mi Bailarina tranquila, como consciente del reto,
relinchando le decía, vas a perder por coqueto.
Se oyó un disparo de súper, súper carrera jugaron,
lo cierto es que aquel Retrato hasta mi rancho llevaron,
el potro y mi Bailarina enamorados quedaron.