Sosegate que ya es tiempo de archivar tus ilusiones,
dedicate a balconearla que pa' vos ya se acabó
y es muy triste eso de verte esperando a la fulana
con la pinta de un mateo desalquilado y tristón.
No hay que hacerle, ya estás viejo, se acabaron los programas
y hacés gracia con tus locos berretines de gavión.
Ni te miran las muchachas y si alguna a vos te habla
es pa' pedirte un consejo de baqueano en el amor.
Qué querés, Cipriano, ya no das más jugo.
Son cincuenta abriles que encima llevás.
Junto con el pelo que fugó del mate
se te fue la pinta que no vuelve más.
Dejá las pebetas para los muchachos,
esos platos fuertes no son para vos.
Piantá del sereno, andate a la cama
que después, mañana, andás con la tos.
Enfundá la mandolina, ya no estás pa'serenatas,
te aconseja la minusa que tenés en el bulín,
dibujándote en la boca la atrevida cruz pagana
con la punta perfumada de su lápiz de carmín...
Han caído tus acciones en la rueda de grisetas
y al compás del almanaque se deshoja tu ilusión,
y ya todos te convidan pa'ganar cuartel de invierno
junto al fuego del recuerdo a la sombra de un rincón.