En la mañana dorada del dos de Mayo,
una niña enamorada
bordó a su novio un pañuelo
con los colores de España.
La niña se llama Rosa
y es tan alegre como un clavel;
el novio nació entre encajes...
Quiere a lo majo y es un marqués.
Guardó el galán el pañuelo
cerquita del corazon.
La niña, con desconsuelo,
lo vio ir hacia el Parque de Monteleón.
¡Cariño mío! ¡Qué pena, pena!
Que tengas que dejarme
y en primavera...
¡Cariño mío! ¡Qué pena, pena!
Tú tienes que mirarme
desde una estrella...
¡Quiero subir a ella
para estara tu lado
la vida entera!
¡Cariño mío! ¡Qué pena, pena!
Que el pañuelito blanco
que te he entregado
y te bordé entre besos...
Y te bordé entre besos,
te quede sólo para tu llanto...
[Instrumental]
¡Cariño mío! ¡Qué pena, pena!
Que el pañuelito blanco
que te he entregado
y te bordé entre besos...
Y te bordé entre besos,
te quede sólo para tu llanto...